Desde hace ya cuatro años, cada último viernes de
noviembre tiene lugar, en la ciudad de Bahía Blanca, el estreno de la
adaptación escénica de una nueva comedia de Plauto, interpretada por los
alumnos de la cátedra de Literatura Latina del Departamento de Humanidades de
la Universidad Nacional del Sur. Tras las tres desopilantes propuestas
iniciales –
Pséudolo (2011),
Cásina (2012) y
Aulularia, la
comedia de la ollita (2013)–,
Anfitrión, el cornudo no se quedó
atrás y logró llevarse todos los aplausos, carcajadas y ladridos de los
presentes en la sala el día del estreno.
Las adaptaciones teatrales desarrolladas año tras año
por las distintas cohortes de estudiantes de literatura latina nos tienen ya
acostumbrados al disfrute de dinámicas adaptaciones, capaces de acortar las
enormes distancias que median entre nuestro presente y la sociedad romana que
conoció estas comedias, pero siempre articulándolas en el espacio de esa
diferencia cultural que nos refleja y nos refracta. Incluso la recreación de la
performance ha ido gestando un público propio, creado a imagen y
semejanza de los ruidosos romanos que asistían al teatro en la Antigüedad. Se
trata de una nueva audiencia, a la que estas curiosas puestas en escena no sólo
les proponen esperar la anhelada –dulce y comestible– aparición del Porcus
Troianus, sino también interactuar con los enmascarados actores,
participando de los momentos festivos e, incluso, arrojando algunos bollos de
papel preparados y distribuidos ad hoc
para complementar la eficacia de algunas escenas.
Paul Ricoeur define la “hospitalidad lingüística” en
los procesos de traducción como el placer de vivir la lengua del otro y de
recibir en la propia casa la palabra del extranjero. Algo de eso, creo, vemos
estrenarse cada último viernes de noviembre, encarnado en las máscaras, las
voces y los cuerpos de los alumnos de Literatura Latina. Siempre nos sorprenden
de nuevo, ya sea capitalizando recursos usados anteriormente –como por ejemplo
el uso de las luces, que sobresale en esta última puesta– o abriendo el juego a
una dimensión antes no explotada –como la impecable presencia de musicalización
y efectos de sonido en vivo que despliega Anfitrión, el cornudo. En
esta ocasión, en el marco de un Olimpo peronista, con Júpiter hablando por
cadena nacional, la ceceante dicción de un Mercurio adolescente y un
triste-facho-Anfitrión recordándonos la existencia de su propio “sosias”
bahiense, tanto Alcmena, como Bromia, Blefaron y el Sosia plautino desarrollan
una propuesta que maneja a la perfección tiempos y espacios para romper la
ilusión dramática.
No obstante, el mayor logro de Anfitrión, el cornudo, como el de las propuestas anteriores,
consiste en los diversos niveles de significatividad que logra activar y poner
en juego, al acercarnos textos lejanos en el tiempo y el espacio, resemantizándolos,
traduciéndolos –en el mejor sentido de la palabra– y adaptándolos a una voz
cercana, compleja, desopilante y no por eso menos polémica. Reírse, hoy en día,
de un esclavo en escena, de la diversidad sexual de las prácticas humanas, de
la mirada patriarcal sobre el cuerpo femenino, del ser humano y sus distintas
creencias religiosas, bien podría significar un retroceso en cuatro patas. Pero
reírse de todo eso a partir de la representación teatral de textos escritos en
el siglo II antes de Cristo, articulando la carcajada con el cuestionamiento de
la vigencia de muchas de esas mismas situaciones, para ponerlas en diálogo con
otros discursos y prácticas sociales contemporáneas, logra un espectro de
juegos de sentido que, en buena hora, vuelve a posicionar las comedias plautinas
en la intersección de la sonrisa y la reflexión.
Estrenada el 28 de noviembre de
2014. El equipo de actores, escenógrafos, musicalizadores, iluminadores, bajo
la dirección de Federico Lecanda, estuvo integrado por Ester Agunín, Nicole
Arias, Sofía Barelli, Amparo Camiña, Nicolás Champredonde, Juan Cravero,
Virginia Falcón, Agustina Fernández Schmidt, Agustín Haring, Iván Hoffstetter,
Matías Márquez, Mariela Montero, Gabriela Monti, Sofía Muñoz, Martina Nuñez,
Augusto Ortiz, Antonela Pezzutti, Yanina Pinzón, Mercedes Reppucci, Osqy Rial,
Stefanía Schechtel, Sonia Taillade, Anabel Telechea, Gabriela Toledo, Natalí
Valle, Laura Valverde y Emilio Zaina.
Gabriela
Andrea Marrón
Bahía
Blanca, noviembre de 2014