Al abordar el tema de cómo traducir a los clásicos, debemos recordar que no sólo estamos discutiendo posiciones teóricas, sino también estrategias pragmáticas que dan forma a la experiencia de individuos concretos. (J. M. Coetzee)

Catull. 25

Talo, mariquita, sos más suave que la piel de un conejito, más blandito que manteca de ganso, más tierno que el lóbulito de una oreja, más fláccido que la pija caída de un viejo y más mullidito que un nido de telarañas. Pero a la vez, Talo, sos peor que una tormenta huracanada: cuando la Luna te sirve en bandeja a los mujeriegos dormidos, arrasás con todo. ¡Devolveme las cosas que me robaste: el manto, el pañuelo de Játiva y los bordados de Tinia! Sí, estúpido, esos que mostrás abiertamente diciendo que son herencia, despegátelos de las uñas y devolvémelos. No vaya a ser que mi penetrante látigo deje marcas en tus peludas nalguitas y tus delicadas manitos, y termines zarandeándote como nunca hasta ahora, igual que un barquito sorprendido en alta mar por un viento enfurecido.
.
Cinaede Thalle, mollior cuniculi capillo
vel anseris medullula vel imula oricilla
vel pene languido senis situque araneoso,
idemque, Thalle, turbida rapacior procella,
cum diva mulierarios ostendit oscitantes,
remitte pallium mihi meum, quod involasti,
sudariumque Saetabum catagraphosque Thynos,
inepte, quae palam soles habere tamquam avita.
quae nunc tuis ab unguibus reglutina et remitte,
ne laneum latusculum manusque mollicellas
inusta turpiter tibi conscribilent flagella,
et insolenter aestues, velut minuta magno
deprensa navis in mari, vesaniente vento.



No hay comentarios:

Publicar un comentario