Al abordar el tema de cómo traducir a los clásicos, debemos recordar que no sólo estamos discutiendo posiciones teóricas, sino también estrategias pragmáticas que dan forma a la experiencia de individuos concretos. (J. M. Coetzee)

Mart. 7, 67

La torta de Filenis le rompe el culo a los tipos y, mas caliente que un marido al palo, se emperna once minas por día. También se ensucia con tierra, jugando arremangada a la pelota. Hace girar fácilmente con su brazo las pesadas mancuernas de los atletas y, embarrada en la apestosa palestra, recibe los golpes del entrenador cubierto de aceite. No cena ni se acuesta antes de haber vomitado casi siete vasos de vino, y piensa que puede volver a empinar el codo después de entrarle a dieciséis albóndigas. Eso sí, después, cuando se pone caliente, nunca se chupa una pija: le parece poco masculino. Y, en cambio, bien que le come la concha a las mujeres. Los dioses te den cerebro, Filenis: ¡pensás que es de macho andar lamiendo cajetas!
.
Pedicat pueros tribas Philaenis
et tentigine saevior mariti
undenas dolat in die puellas.
Harpasto quoque subligata ludit,
et flavescit haphe, gravesque draucis
halteras facili rotat lacerto,
Et putri lutulenta de palaestra
uncti verbere vapulat magistri:
nec cenat prius aut recumbit ante,
quam septem vomuit meros deunces;
ad quos fas sibi tunc putat redire,
cum coloephia sedecim comedit.
Post haec omnia cum libidinatur,
non fellat putat hoc parum virile,
sed plane medias vorat puellas.
Di mentem tibi dent tuam, Philaeni,
cunnum lingere quae putas virile.

No hay comentarios:

Publicar un comentario