Al abordar el tema de cómo traducir a los clásicos, debemos recordar que no sólo estamos discutiendo posiciones teóricas, sino también estrategias pragmáticas que dan forma a la experiencia de individuos concretos. (J. M. Coetzee)

Auson. Epigr. 87

Euno Sirisco, lame-conchas, maestro lujurioso (así lo educó Fílida). Ve los ángulos de un rombo en el sexo femenino. Dibuja la letra Δ con un trazo triangular. Dice que los pliegues laterales del valle de los muslos y el sendero central, por donde la grieta se separa en abertura, forman la letra Ψ, porque tiene tres líneas. Cuando retira su propia lengua, resulta más bien una Λ, pero él cree que la verdadera imagen de lo que hace es una Φ. Ignorante, ¿por qué creés escrita una Ρ donde quedaría mejor poner una I larga? Pobre doctor, ojalá que tengas un ΟΥ obsceno y una penetrante Θ marque tu nombre.

Eunus Syriscus, inguinum ligurritor,
Opicus magister (sic eum docet Phyllis)
muliebre membrum quadriangulum cernit:
triquetro coactu Δ litteram ducit.
de ualle femorum altrinsecus pares rugas
mediumque, fissi rima qua patet, callem
Ψ dicit esse: nam trifissilis forma est.
cui ipse linguam cum dedit suam, Λ est:
ueram que in illis esse Φ notam sentit.
quid, imperite, Ρ putas ibi scriptum,
ubi locari Ι conuenit longum?
miselle doctor ΟΥ tibi sit obsceno,
tuum que nomen Θ sectilis signet.

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