Al abordar el tema de cómo traducir a los clásicos, debemos recordar que no sólo estamos discutiendo posiciones teóricas, sino también estrategias pragmáticas que dan forma a la experiencia de individuos concretos. (J. M. Coetzee)

Catull. 15

Confío en vos, te confío la persona que amo, Aurelio, y te pido un pequeño favor: si alguna vez deseaste con toda el alma que algo permaneciera puro e intacto, mantené honestamente a salvo a este muchacho. No, no de la gente. No me preocupan los que cruzan la plaza de acá para allá, enfrascados en sus propios asuntos. Te tengo miedo a vos y a tu pija, que es un peligro para los jóvenes, sean buenos o malos. Cuando la tengas parada y afuera, movela por donde quieras, del modo que se te antoje y todo lo que se te cante: haceme una excepción solamente con este pibe, creo que no es mucho pedir. Pero si los malos pensamientos y la excesiva calentura, desgraciado, te hacen cometer semejante traición cuando yo me distraiga, ¡pobre de vos, miserable, y del triste destino que te espera! Abierto de gambas, por la puerta de atrás, te van a entrar rábanos blancos y botargas.

Commendo tibi me ac meos amores,
Aureli. veniam peto pudenter,
ut, si quicquam animo tuo cupisti,
quod castum expeteres et integellum,
conserves puerum mihi pudice,
non dico a populo -nihil veremur
istos, qui in platea modo huc modo illuc
in re praetereunt sua occupati-
verum a te metuo tuoque pene
infesto pueris bonis malisque.
quem tu qua libet, ut libet, moveto
quantum vis, ubi erit foris paratum:
hunc unum excipio, ut puto, pudenter.
quod si te mala mens furorque vecors
in tantam impulerit, sceleste, culpam,
ut nostrum insidiis caput lacessas,
ah tum te miserum malique fati,
quem attractis pedibus patente porta
percurrent raphanique mugilesque!   


Aclaración:
Existen varios testimonios de que la raphanidosis (penetración anal con un rábano) era el castigo aplicado a los adúlteros en Grecia (cf. Aristoph. Nub. 1083; schol. ad Aristoph. Plut. 168; Luc. Peregr. 9). Acerca de los mugiles, en cambio, sólo contamos con esta mención de Catulo y otra referencia en Juvenal 10, 316-317 (necat hic ferro; secat ille cruentis / uerberibus; quosdam moechos et mugilis intrat), cuyo escoliasta señala: mugilis piscis grandi capite postremus exilis qui in podicem moechorum deprehensorum solebat immitti. Carecemos de mayores precisiones sobre el tema. La elucubración de que no se trataría del pez completo (llamado mújolo lisa) sino de sus huevas, que probablemente se consumían  disecadas en sal, como las actualmente llamadas "botargas", es un razonamiento que me pertenece en su totalidad. Sobre la interpretación de este pasaje en el poema de Catulo, puede consultarse: Vincent J. Rosivach (1978) "Sources of Some Errors in Catullan Commentaries", TAPHA 108, pp. 203-216.a

No hay comentarios:

Publicar un comentario