Lesbia, me exigís que tenga siempre la pija parada. Escuchame, no es lo mismo una pija que un dedo. Además, aunque le insistas, aunque la toquetees y le hables de manera seductora, tu horrible cara funciona como una contraorden.
Crede mihi, non est mentula, quod digitus.
Tu licet et manibus blandis et vocibus instes,
Te contra facies imperiosa tua est.
No hay comentarios:
Publicar un comentario