Al abordar el tema de cómo traducir a los clásicos, debemos recordar que no sólo estamos discutiendo posiciones teóricas, sino también estrategias pragmáticas que dan forma a la experiencia de individuos concretos. (J. M. Coetzee)

Homero, Ilíada 24, 4-13

Recordando a Patroclo,
Aquiles lloraba.
El sueño, que todo serena,
no lograba alcanzarlo.

Daba vueltas de acá para allá,
extrañaba su hombría,
su heroico vigor,
lo alcanzado a su lado,
las zozobras sufridas,
los combates con hombres,
las olas surcadas.

Recordaba y lloraba,
boca abajo en la cama,
lloraba de espaldas,
de lado, lloraba.

Otras noches, de pie,
merodeaba, aturdido,
cerca de la orilla.
Y la aurora asomaba
sobre el mar, en la costa,
sin que él lo notara.


κλαῖε φίλου ἑτάρου μεμνημένος͵ οὐδέ μιν ὕπνος
ᾕρει πανδαμάτωρ͵ ἀλλ΄ ἐστρέφετ΄ ἔνθα καὶ ἔνθα
Πατρόκλου ποθέων ἀνδροτῆτά τε καὶ μένος ἠΰ͵
ἠδ΄ ὁπόσα τολύπευσε σὺν αὐτῷ καὶ πάθεν ἄλγεα
ἀνδρῶν τε πτολέμους ἀλεγεινά τε κύματα πείρων·
τῶν μιμνησκόμενος θαλερὸν κατὰ δάκρυον εἶβεν͵
ἄλλοτ΄ ἐπὶ πλευρὰς κατακείμενος͵ ἄλλοτε δ΄ αὖτε
ὕπτιος͵ ἄλλοτε δὲ πρηνής· τοτὲ δ΄ ὀρθὸς ἀναστὰς
δινεύεσκ΄ ἀλύων παρὰ θῖν΄ ἁλός· οὐδέ μιν ἠὼς
φαινομένη λήθεσκεν ὑπεὶρ ἅλα τ΄ ἠϊόνας τε.

No hay comentarios:

Publicar un comentario